Arthur Rackham

Arthur Rackham

jueves, 14 de julio de 2016

Microrrelato: "Un instante"


         

 Microrrelato:  "Un instante"

           "5am y no puedo dormir, escucho clock-clocks al lado de mi cama. Me doy vuelta, abro los ojos resecos y legañosos, no veo nada. 5am y despierta, escucho toc-tocs en la puerta, es mi gato mojado por la lluvia de la noche que viene a despertarme y ¡pobre! no sabe que desde que me acosté no pude pegar un ojo. Algo me está trastornando desde ayer, desde que abrí la heladera para comer un pedazo de carne o un pedazo de pan, o una lata de tomate, algo para llenar el vacío de mi estómago que hacía cruj-crujs y no me dejaba escribir tranquila, algo para llenar el vacío mental y matar el aburrimiento, excusas para no escribir y decir “hoy no tengo inspiración”. La heladera estaba vacía como yo, ahí dentro sólo había viento y frío y me lo contagió a mí, yo no volví a ser la misma y cuando me quise acostar para olvidarme del hambre y la sed y las ganas de escribir descubrí que mis pies se salían de la sábana pero no me importó, ya me había acomodado y envuelto en tres o cuatro frazadas sofocando el fuego frío que (f)rostizaba mi cuerpo desde que abrí la heladera y la encontré vacía, ya lo dije. 5am, todavía 5am, acá, en este instante que freno, tomo y exploro, amasándolo como cuando uno come chicle y comienza a estirarlo desde una puntita hacia fuera, volviéndolo apenas un hilo rosa con mucha saliva y frágil, muy frágil como  el tiempo o una copa de cristal o un hilo de Aracne. 5am, el tiempo se congela como yo cuando abrí la heladera y estaba vacía, mientras mi cabeza y estas líneas siguen fluyendo mental o “literaturamente”. Mis dientes deletrean cada palabra, escupen, vomitan, arrojan chorros y chorros de maldiciones y estupideces al pobre gato ahí parado que poco entiende mi enojo y mis ganas de no levantarme, miro al verdadero reloj, los rayos de sol en la ventana, y sé que son más de las 5am; deben ser las 10am y yo ya perdí toda la mañana, el desayuno, el agua caliente, el subte, el examen, el almuerzo en la facultad, el subte de vuelta, la vuelta. El gato se ríe, puto que sos y no me avisaste, si sabías que el reloj tenía que sonar a las ¡5am! Sonó, sí, pero estaba atrasado como yo, que siempre olvido la hora por el frío y el hambre y los desvaríos mentales que surgen mientras me despierto, ¡yo! que siempre olvido todo por esta vida tan “nihil” o “beat”. Puta, perdí tiempo, oro, dinero, materia, cuentas, comida, y mi promedio por un 1, o un 0 si me consideran ausente. Salí gato, no quiero saber más nada, salí y dejame dormir.”

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