Arthur Rackham

Arthur Rackham

lunes, 13 de noviembre de 2017

Microrrelato: Extrañamiento



Extrañamiento


Llegamos a la gran isla -así la llamaban todos- un día gris y lluvioso. Así pisé por primera vez aquella tierra negra, parecía quemada por un rayo o un gran fuego. La gente que vi me miraba con asombro, algunos se acercaban a tocarme... extraña forma de recibirnos. No éramos muchos, sólo cinco nos habíamos animado a viajar. Apenas vestidos con lo puesto y con un par de facas en los cinturones nos adentramos en esos baldíos, dominados por hombres del color de la leche. Sus aldeas eran tan... tan extrañas e incómodas, con puertas, muros, fortalezas dentro de fortalezas. Los hogares en nada se parecían a los nuestros; tenían muchas salas y paredes redundantes, recovecos oscuros y fríos. Los jardines trataban de imitar a la naturaleza que tenían a su alcance. Sus ropas también eran insoportables. Su comida no era tan buena como la nuestra. Sus rostros parecían felices pero, con una mirada más atenta, podías descubrir los secretos escondidos  y las lágrimas en los ojos; muchos de sus dientes, esto es curioso, eran de madera u oro. Sus palabras también escondían algo... no sé muy bien, pero sentía que siempre andaban mostrando y ocultando. Y aunque mucho aprendimos de ellos y mucho nos enseñaron  sobre sus conocimientos, nunca pudimos adaptarnos del todo.
¿Quiénes eran ellos?  ¿Quiénes éramos nosotros para  ellos  y ellos para    nosotros?
¿Por qué este encuentro? Estas miradas lejanas se entrecruzaban, estas manos y respiros en una misma habitación, ¿qué hacíamos allí? No lo sé, nunca lo supe. Sentí que lo mejor era protegernos; sentí que mi deber era estar aquí con ustedes otra vez. Sentí que tenía que hacerlo por ustedes.
Atacamos antes del amanecer. Cuando todos dormían. Chillaron como salvajes... nosotros también.

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