Arthur Rackham

Arthur Rackham

viernes, 22 de diciembre de 2017

Calles de Villa Crespo

Hay imágenes que agregan imágenes a la ciudad y multiplican su sentido. En Villa Crespo hay paredes que hablan y respiran el aire de Buenos Aires, casi como nosotros. Paredes que llevan la pintura embravecida y la brocha impresa en sus figuras, las cuales lentamente se derriten, se deforman, chorrean colores ante los pies de una calle, ante una ciudad que muere. Detrás de los trazos armónicos de un color pastel o de los trazos caóticos de un graffitti, se encuentran las grietas y huecos dejados por el paso del tiempo: una bala, una gotera, un choque, el moho, la humedad de los tiempos de estío. La pintura, por suerte, puede tapar todo y hacer que las paredes y la ciudad aguanten, por lo menos, un poco más.





(Todas las fotos fueron sacadas por mí, durante mis caminatas por el barrio)

jueves, 21 de diciembre de 2017

Calles de San Telmo



Las calles de San Telmo ennegrecen conforme nuestro paso avanza y se desplaza inocentemente sobre ellas. El empedrado parduzco trasmuta en tonos de dudoso gris, bajo el humo y las motas de polvo eyaculado por nubes de cigarros, tubos de autos fugaces y zapatos sucios. Las calles ennegrecen, y ¿quién se preocupa por ellas? ¿Alguien las limpia? O esperan que un chorro de lodo y agua escurra a través de tejados y cañerías embalsamadas con cadáveres, y que alguna que otra llovizna pasajera sobre la ciudad las enjuague, les devuelva un poco el brillo que lucían soberbiamente en 1800. Mientras, la gente sólo camina; son turistas o empresarios, y hombres apurados caminando apurados, viviendo apurados. El polvo del empedrado también es por ellos, ya fantasmas, ya muertos, ya enterrados, caminando como cenizas.   
 –    1/12/17










(Todas las fotos fueron sacadas por mí, durante mis caminatas por el barrio).